XIOMI, LA INAUGURADORA NACIONAL

 

Cuando la Presidencia se confunde con las tareas de la primera dama, con su ya acostumbrado entusiasmo y la convicción de estar cumpliendo con su “deber patriótico”, la presidenta Xiomara Castro de Zelaya inauguró un moderno sistema de enfriamiento en la Aduana La Mesa, en el Aeropuerto Ramón Villeda Morales. Un hito histórico, sin duda, que nos recuerda el verdadero propósito de una presidenta: inaugurar cuartos fríos.

Acompañada de un séquito de funcionarios que parecen haber olvidado que las grandes decisiones de Estado no incluyen cortar cintas en refrigeradores industriales, Xiomara pronunció un emotivo discurso. “¡Estamos abriendo las puertas a la comercialización!”, exclamó, mientras algunos asistentes intentaban contener su emoción por tan… fresco avance en la política nacional.

En un tono que rozaba lo poético, la mandataria aseguró que estas inauguraciones son su forma de servir al pueblo, mientras quienes la escuchaban quizás se preguntaban si ya inauguraron todas las canchas y centros educativos del país. Es que, claro, en el mes de la patria, no hay nada que despierte más fervor que un buen cuarto frío.

“Nosotras también sentimos ese fervor patrio”, declaró Xiomi, recordándonos que no hace falta firmar tratados internacionales o solucionar crisis económica cuando se puede mejorar la logística de importación con aire acondicionado. Porque, al fin y al cabo, ¿quién necesita estabilidad financiera cuando los tomates y los aguacates y la ocra estarán frescos? Claro que es algo muy bueno el avance ni quien lo dude, lo que se cuestiona es que para inaugural esos proyectos basta con el director de Aduanas.

Pero no todo es refrigeración y canchas. Xiomara, la presidenta-viajera, también se ha dado su escapada internacional, como toda jefa de Estado que se respeta. Porque entre tanta inauguración, también hay que hacer una pausa para seguir proclamando que todo va bien desde alguna capital extranjera, por eso ya tienen en agenda su viaje a la toma de posesión de su homologa mexicana y a otros escenarios amplios como el de la ONU.

Así que, entre canchas, cuartos fríos y discursos llenos de fervor, la presidenta Castro sigue feliz, porque con cada corte de cinta y con cada nuevo sistema de enfriamiento, ella siente que cumple con el pueblo. Y nosotros, los simples mortales, no podemos evitar preguntarnos si la verdadera meta de su gobierno es inaugurar todo lo que tenga puerta.

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