XIOMARA Y MEL, MUÑECOS FUNKO
Algunos refundidores de la patria ya andan celebrando como un logro del gobierno el hecho de que a Xiomara y a Mel ya los sacaron en versión muñeco funko, que son figuras de peculiar diseño basadas en el concepto japonés chibi de estilo animado, que no sirven absolutamente para nada y, además, son bastante cabezones.
Con semejante detalle, no tardaron en salir muchos a ponerle guasa al asunto, pues consideran el lanzamiento al mercado de los pichingos como la descripción más apegada a la realidad de sus gobernantes, a quienes se suele señalar por su inanición y su cabezadurismo.
La fenomenal revelación la hizo la propia Pichu, que incapaz de anticipar el bullying que de ahí se desencadenaría, presumió los pichingos en sus redes sociales, para gusto y regusto de una catrachada que de volada sacó a pasear su lado más florido y chabacano.
Los pinchingos, cuyo precio en el mercado anda en más o menos 400 pesos, no hablan, no piensan, no caminan y, por supuesto, no actúan, por lo que su parecido con sus versiones de carne y hueso sin duda es innegable.