XIOMARA SE HIZO “LA LOCA” CON LOS BORDOS
Ni con el cagadal de lluvias y huracanes que se avecina se ha puesto las pilas el gobierno de la refundación, que se ha estado haciendo el de a peso con los pobladores de los bordos del Ulúa, a quienes no hace mucho juró que les mandaría maquinaria para solventar la situación y evitar que volvieran a salir huyendo con el agua al cuello por las llenas.
Pero ha pasado el tiempo y por aquel rincón olvidado no se ha visto concretada nada de aquella casaca, dicha “in situ” por la propia comandanta Castro, que se tomó el costo hasta de arrastrar a medio gabinete para dar la impresión ante los locales de que sus palabras iban en serio.
Nada más lejos de la realidad, porque aquellos metederos siguen en las mismas, con sus pobres gentes poniendo el grito en el cielo con cada llovizna, pues el aciago recuerdo de Eta e Iota sigue fresquito entre todos ellos, aunque no tanto como el amargo sabor de la promesa incumplida por la doñita.
Aunque a nadie agarrará por sorpresa cuando un día de estos desembarque por ahí algún refundidor oportunista en busca de votos, porque si algo tienen ellos es que saben oler la sangre; y ante el temor de los ribereños de revivir fantasmas pasados, normal será que estos les acepten por buenas sus mentiras renovadas.
Por suerte, o por desgracia, sigue sin llegarles ninguno de ellos; y eso que cínicamente hasta los han mandado a limpiar los predios varias veces, siempre con la casaca de que les mandarían en breve la maquinaria prometida, que sigue desaparecida en combate.
En principio, los dichosos bordos debieron haber quedado muñecos desde el año pasado, pero sigue sin haber fumata blanca por allá. Tal situación ha hecho que los engañados pobladores ahora anden con la bulla de recurrir a las protestas, tal y como la refundación les enseñó; tal vez así sí hay suerte. Aunque quién sabe.