WAGNER ACEPTA ENCARGUITO

Quizás consciente de que el papel de hombre digno ya no se lo creía ni Dios, Wagner Vallecillo acabó aceptando dizque a regañadientes la presidencia de la Sala Constitucional, donde fue puesto a huevos por la jefa Rebeca Obando, que por su parte ya actúa sin máscara, como la Maléfica del cuento.

Habiéndose quitado el peso de tener que andar disimulando, Wagner convocó al pleno, del que de volada se desmarcaron dos magistroides, entre ellos Luisfer Padilla, que es, según los estamentos de la Corte, quien debía sentarse en la silla ocupada por el propio Wagner, impuesto por gracia divina de Rebeca, que a su vez actúa según los designios de Casa Presidencial.

En nada quedó lo dicho por Yani, que, siendo fiel a su papel de blandengue jefe de los colorados, se había llenado la jeta asegurando que no aceptaría Wagner el encarguito de Rebeca, pasando por alto el hecho de no ser la persona más indicada para decir tal cosa, pues conocida es su estrecha cercanía con Mel, verdadero titiritero del circo.

En fin, que ya con Wagner aplastado en la silla, el camino se despeja para que la refundación dé forma a su plan de vida, que no es otro que el de desarmar la Constitución a su antojo, según lo denunciado por los sectores opuestos, que sudan frío con solo imaginar esa posibilidad.

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