UNA TRAMA BIEN MONTADA

Relajado transcurría el finde cuando de repente sonó el bombazo: Johel Zelaya, el fiscal al servicio de la refundición, mandó a la ATIC a pescar a Marco Vallecillo, un juez con jurisdicción nacional en materia de criminalidad organizada y corrupción, por dizque usar su nombre y el de la Uferco para extorsionar a algunas crías embarradas en actos pandos, ofreciéndoles según él cierres administrativos o sobreseimientos, dependiendo de la necesidad del caso.

“Vamos a evidenciar lo que siempre hemos dicho: que hay jueces corruptos indignos de llamarse jueces. Vamos a desenmarañar a más servidores del Poder Judicial de Honduras”, escribió Johel en X, apenas unas horas después de haber echado el guante al susodicho, a quien supuestamente agarraron con las manos en la masa en una gasolinera de la capirucha, cobrando 3 millones de pesos a uno de sus dizque extorsionados.

Una trama indudablemente bien montada, digna incluso de la mejor narrativa detectivesca, y que dio alas al fiscal para envalentonarse y prometer en un santiamén que a los que vaya agarrando metiendo las tapas en movidas chuecas, “los exhibiremos frente al pueblo y los pondremos ante la justicia hondureña”, palabras escritas con tinta de solemnidad, como para congraciarse con sus amos y reivindicarse ante sus detractores.

Y en ese mismo “mood” se pusieron de volada sus achichincles de la aludida Uferco y también de la mismísima Corte, donde la patrona Ráquel Obando fue de las primeritas en reclamar su respectiva dosis de protagonismo, prometiendo a Johel que “acompañamos desde el Poder Judicial de Honduras las acciones que emprenda”, pues insiste ella que su compromiso es “romper con las redes de corrupción que históricamente han existido en el Poder Judicial” catracho.

Un discurso cuya credibilidad se acaba en el transcurso que va desde el diente hasta el labio, y al que también se apuntó, cómo no, Luis Javier Santos, el de la Uferco, que además se autovictimizó a expensas de un caso que fijo acaba salpicando a más de un “grande”, pues una fuente cercana al juez capturado reclamó de inmediato su inocencia, asegurando que no hubo tales de 3 millones ni que ocho cuartos, pues el pisto no era para él sino para el mariachi de una alta poporoila del Poder Judicial. ¿Quién será?

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