UN PRESUPUESTO QUE CASI, CASI LLEGA AL 100%, PERO NO
Con bombos y platillos, la Secretaría de Finanzas ha anunciado que el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República 2024 ha alcanzado la increíble hazaña del 83.93% de ejecución, equivalente a unos “modestos” 351,105.9 millones de lempiras. A tan solo horas de despedir el año fiscal, este logro nos deja reflexionando sobre la creatividad contable y las prioridades nacionales.
Bajo el todopoderoso decreto legislativo 62-2023, el presupuesto aprobado originalmente por 407,137.5 millones de lempiras tuvo un repentino estirón —como un pantalón después de las fiestas navideñas— y llegó a los 418,338.6 millones. Con una ampliación de 11,201.1 millones, uno se pregunta si el presupuesto tiene vida propia y decide expandirse mientras nadie mira.
Eso sí, todavía queda un saldo de 67,232.7 millones de lempiras, que representan el 16.07%. ¿Será que estos fondos se están reservando para emergencias, para un proyecto revolucionario o simplemente para decorar gráficas en la plataforma de Sefin? La respuesta es un misterio, digno de un documental de conspiración económica.
Por otro lado, el Presupuesto General 2025 se encuentra en un limbo legislativo, ya que el Congreso Nacional, en un ejemplo de planificación impecable, no logró discutir ni aprobar el proyecto antes de que se cerraran las puertas del 2024. Quizá confían en la capacidad de improvisación nacional para mantener el barco a flote, porque ¿quién necesita un plan financiero cuando se tiene fe y optimismo?