TONELADAS Y MÁS TONELADAS… ¿SERÁ POLVO BLANCO?

Qué sorpresa, Honduras vuelve a ser protagonista en el fascinante y recurrente mundo del narcotráfico internacional. Esta vez, la noticia es la incautación de casi cuatro toneladas de supuesta cocaína —porque uno nunca sabe— en el Caribe hondureño. Menos mal que la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y la Fuerza Naval estaban ahí para salvar el día.

-Con la suma de 3,993 kilos de cocaína finaliza el conteo de la droga.

La cosa es que estos 160 fardos de “alegría en polvo” venían con un equipo de lujo: cinco colombianos como Pedro por su casa. Porque, claro, si algo falta en este país es la internacionalización del crimen.

¡Bienvenidos hermanos colombianos! Entre los ilustres pasajeros de la lancha “go fast” —que con ese nombre suena casi como un plan vacacional— tenemos a Álvaro Castro Escalante, Laider Castro Morales, Luis Antonio Polo Silva, Gorji Otero Pomares y Jorge Alfredo Colemer Haylock, quien, para darle un toque más patriótico al asunto, también ostenta la nacionalidad hondureña.

Ahora bien, lo que más tiene a los expertos mordiéndose las uñas no es solo la cantidad de cocaína incautada (casi cuatro toneladas, en caso de que se les haya olvidado), sino la inminente denuncia del Tratado de Extradición con Estados Unidos. Hay quienes ya se frotan las manos pensando en lo que viene. Según “ciertos sabelotodo” —porque nunca faltan los analistas de cafetín—, la cosa se pondrá peor. ¿Y cómo no? A medida que Honduras se convirtió en un paraíso sin extradición, hasta Pablo Escobar reencarnado se dará una vuelta por aquí.

Entre tanto, la ATIC sigue celebrando sus logros con un conteo que parece sacado de una rifa: en lo que va del año, han incautado más de 14 toneladas de cocaína (14,748 kilos, para ser exactos), lo que representa, según ellos, un “fuerte golpe” a las estructuras del crimen organizado.

Pero ya sabemos cómo es esto, el juego del gato y el ratón nunca termina. Por ahora, nos queda observar cómo se desenvuelve la trama, porque la narconovela hondureña promete más capítulos llenos de acción, suspenso y, por supuesto, mucho polvo…

 

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