TOMÁS RAMIREZ SE DEJA SEDUCIR POR REDONDO
Tomás Ramírez demoró más en parpadear que en mostrar su anuencia a ocupar una vicepresidencia del Congreso tras el ofrecimiento que le llegó desde este poder del Estado, en donde a su propio partido lo han ninguneado en más de una ocasión.
Amparó su predisposición el diputado del PSH en el visto bueno que dijo haber recibido de sus bases en Atlántida; más o menos 200 correligionarios cuya mera existencia ya constituye una noticia en sí misma.
Sin embargo, el apoyo de sus bases no es compartido por Nasralla, cabecilla del partido, que fiel a su estilo se apresuró a llamarlo “traidor”, por tratarse de un ofrecimiento emanado de Luis Redondo, que a ojos del PSH personifica el origen de la vileza.
Aun así, Tomás jura por lo que haga falta que se trata de un ofrecimiento desprovisto de condicionantes, y que su intención es seguir haciendo la lucha sin importar desde cuál trinchera, pues no es él un hombre “ni de derecha ni de izquierda”, algo que en el argot politiquero catracho quiere decir algo así como: “ni con Dios ni con el Diablo, pero depende”.