TEMPORADA DE OPORTUNISTAS
Oportunistas los hay en todas partes y más aún en la política catracha, donde los maestros de esta especie de subgénero del arte han venido siendo los colorados.
Quizás por eso resultó chocante ver a un cachureco subiéndose públicamente a la rixineta, que para contrarrestar su impopularidad rueda imparable estos días con subsidio gubernamental.
Oficialmente y a cambio de quien sabe qué o cuánto, un tal Lirio Rodríguez, regidor de la patepluma Arada, rindió pleitesía a la precandidata Rixi Ramona, que llegó el finde a talonear votos a su pueblo.
Una puesta en escena en “modo perrito”, que deja a las claras que el oportunismo se va apoderando del espectro político al tiempo en que se perfilan los contendientes, que dicho sea de paso, mantienen vigente la vieja y efectiva práctica de dar atol con el dedo para posicionarse entre la catrachada.
De Lirio, a esta hora, poco más se sabe, aunque viendo el entusiasmo con que subió al estrado a recibir el cariño del rixismo, ya pueden ir los “suyos” deduciéndole responsabilidades, pues es el primero que oficialmente se le cuadra en pompas a la refundación y su mesías.
Un fichaje, el de Lirio, que sin embargo parece una manotada de ahogado, pues no es más que el regidor de un pijalillo casi inubicable en el mapa, y al que aún así sus nuevos camaradas han vendido como rotundo éxito proselitista.