SERIA ADVERTENCIA DE ZEDE PRÓSPERA A LA REFUNDACIÓN

Que se ande con paso liviano si no quiere sufrir la ira del Tío Sam le mandó decir la ZEDE Próspera a la Corte Suprema y, por extensión, al gobierno refundidor, por si se les ocurre declararla inconstitucional en la sesión del pleno de este viernes.

Les recordaron, además, que son muchas las cosas que podrían quedar pendiendo de un hilo si finalmente se les ocurre hacerles la trastada, pero la que más les tocaría el ego sería, seguramente, una hipotética interrupción de las remesas que nuestros paisanos envían desde el norte, y que son las que mantienen a flote la economía nacional.

Eso, sumado a una posible cancelación de visas a los que le den trámite a la trastada, más la probable suspensión de ayudas gringas al país; lo que supondría un descalabro en toda regla que más vale evitar apegándose a la contención y a la mesura.

En tal sentido, el amable recordatorio también refirió que una hipotética declaración de inconstitucionalidad “dañaría gravemente las relaciones con Estados Unidos y muchos otros países”, y no es que esté Honduras en condiciones de tragarse con papas tanta demanda, teniendo en cuenta las necesidades locales, que no son pocas.

“Decenas de congresistas”, tanto republicanos como demócratas, “ya han expresado su preocupación por la posible expropiación de inversiones en las ZEDE”, recordó Próspera a través de un comunicado en el que también advirtió sobre el “clima de inseguridad para inversionistas” que provocaría una “persecución” de líderes opositores por haber aprobado la vaina en 2012.

“Una decisión que invalide retroactivamente las inversiones en las ZEDE, indudablemente daría pie a reclamos de expropiación”, reza además el comunicado; situación que, por si fuera poco, “provocaría un impacto económico negativo, debido a que aumentaría el perfil de riesgo del país”.

Así las cosas, si no fuera porque los refundidores parecen tomar sus decisiones consultándolas con sus vísceras y no con su cabeza, cualquiera estaría tranquilo, confiando en que no se van a atrever a tanto, pero conociéndolos, quién sabe. Que Dios nos agarre confesados.

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