ROSARIO MURILLO, POSEÍDA Y A LO LOCO

Rosario Murillo aprovechó para arremeter contra los obispos y sacerdotes nicaragüenses de la Iglesia Católica, que van de la mano del asedio y secuestro de religiosos en distintos municipios del país al orar por Monseñor Rolando Álvarez.

Rosario Murillo expresó que “lo más ridículo, lo más divertido es que hay quienes con palabras, sentimientos diabólicos hablan de fe. Los verdaderos diablos son los que tocaban las campanas para mandar a matar a nuestro pueblo”, afirmó.

Como de costumbre, Rosario Murillo atacó a los sacerdotes en medios de propaganda oficialista, y señaló que “los verdaderos diablos son los que andan sembrando odio”.

El régimen Ortega Murillo detuvo por segunda vez a monseñor Pablo Villafranca, párroco de la Iglesia Nuestro Señor de la Veracruz en Nindirí.

Según Murillo, los verdaderos diablos hablan en nombre de Cristo. “¡Qué increíble! Los verdaderos diablos son los que no toleran el amor, porque es la fuerza más poderosa que existe y es con amor que hemos venido trascendiendo y venciendo. Con amor y esperanza que nadie puede arrebatarnos porque nos pertenece como pueblo de Dios”, dijo.

Para Murillo la fe es cualidad indispensable en la vida de las familias nicaragüenses, pero “es muy personal y no se puede mandatar ni ordenar tener fe. No se puede uno atribuir el dominio o la propiedad sobre la fe. No hay propietarios de la fe”, insistió.

Tensión entre Ortega-Murillo y la Iglesia Católica
Las relaciones entre el régimen Ortega-Murillo y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de relaciones diplomáticas con el Vaticano.

El régimen en Nicaragua excarceló en octubre pasado a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano, aunque entre esos religiosos no se encontraba el obispo Rolando Álvarez, condenado en febrero pasado a más de 26 años de prisión por “traición a la patria”, tras negarse entonces a ser expulsado de Nicaragua hacia Estados Unidos junto a otros 222 presos políticos; también fue privado de su nacionalidad.

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