ROMANCE FALLIDO ENTRE COHEP Y GOBIERNO
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) parece estar en medio de una relación romántica, protagonizada por los empresarios como el eterno pretendiente y el gobierno como el objeto de deseo inalcanzable.
Mientras el Cohep hace méritos por ganarse el afecto del gobierno, la administración de Xiomara Castro sigue lanzando señales confusas. “Amor hay, pero de lejos”, parece ser el mensaje que recibe el gremio empresarial, mientras sus propuestas para revitalizar la economía y generar empleo son ignoradas como si se trata de cartas de amor sin destinatario.
Santiago Herrera, gerente de política económica del Cohep, confesó entre suspiros: “Hasta ahora nosotros no hemos tenido una conversación clara con el gobierno”.
Por más que la presidenta del Cohep, Anabel Gallardo, haya desplegado toda su creatividad en presentar iniciativas como el Pacto por el Empleo y las Mesas de Competitividad, el gobierno parece hacer oídos sordos.
Herrera señaló que, aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) les hizo una especie de “consejo amoroso” al recomendarles más acercamiento, desde la administración contestó fríamente que “ya existen los espacios y no estamos divorciados con el sector privado”, como si se tratara de una relación estable.
El ministro de Inversiones, Miguel Medina, salió al paso para aclarar que no hay ningún distanciamiento con el sector privado, pero sus palabras suenan más a un “te quiero, pero solo de larguito nada de relaciones serias, algo como amigos con derecho”.
Los intentos del Cohep por ser tomados en serio en temas cruciales como el manejo de divisas, la política fiscal, la generación de empleo y el sector energético han quedado en el limbo. Aunque la misión técnica del FMI abordó con los empresarios estos desafíos económicos, todo indica que, para el gobierno, las propuestas del Cohep son como esos consejos de amor no solicitados.
La realidad es que mientras ese “matrimonio” entre gobierno y empresa privada no se concreta, la posibilidad de políticas integradas que impulsan la economía seguirá siendo un sueño inalcanzable.