RIXI ENCHUFA A SU HIJA EN LA ONU

Marcela Arias Moncada, hija aventajada de la precandidata refundacional, Rixi Ramona Moncada, acaba de ser nombrada representante de la catrachada ante la ONU, con 28 añitos recién cumplidos.

No, no es casaca, porque, aunque el párrafo anterior parezca una rima, lo cierto es que la máxima representante del país ante las Naciones Unidas emanará, literalmente, de las mismísimas entrañas del oficialismo, que tiene en la mamá de la susodicha puesta sus esperanzas de reelección.

Así que el nepotismo sigue a la orden del día en un gobierno que no deja pasar una sola oportunidad para incrustar en puestos clave a parientes de sus cabecillas, pues al archiconocido familión de los Zelaya se agrega, con brillo propio, el clan de los Moncada, que mantiene acomodados a los suyos en Condepor, en algún consulado gringo y quién sabe dónde más.

Se planta Marcela en su nuevo cargo con una brevísima hoja de vida, que da cuenta de un corto desempeño como ministra consejera y antes que eso como oficial de derechos humanos, dos flamantes chambas acaparadas mediante el don del enchufismo.

En la cuneta queda entonces Lizzy Flores, hija del expresidente Flores Facussé; otra enchufada que desde 2010 había ocupado la silla de la ONU, representando a Honduras, pero también y disimuladamente a los colorados, aliados del partido refundidor que ahora la releva por la hija de la que quieren poner de presidenta.

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