REPRESAS: EL DÉJÀ VU ETERNO DE HONDURAS

Y aquí vamos otra vez, como un disco rayado: llegan las lluvias, se inundan los pueblos, se repiten las mismas recomendaciones, y los hondureños… bueno, los hondureños siguen soñando con obras de infraestructura que solo ven en diapositivas y en sueños.

La presidenta del Cohep, Anabel Gallardo, tuvo la cortesía de recordarnos que Honduras es tan vulnerable a los fenómenos naturales como lo es un paraguas de papel en una tormenta. Según ella, esta es “otra gran oportunidad” para que se retomen los soñados proyectos de represas.

Gallardo resaltó que algunas zonas pasaron de sequías bíblicas a lluvias diluvianas de más de 1,200 milímetros de agua. Pero, claro, en vez de aprovechar ese dato para la acción inmediata, queda como otro capítulo en la gran saga que podría llegar a Netflix  “Ideas geniales que nadie ejecuta” .

Entre tanto, los campesinos ven cómo sus cultivos se convierten en lodazales, los caminos se transforman en ríos y los productos agrícolas quedan atrapados en el fangoso limbo de las carreteras.

Mientras tanto, la realidad sigue empapada, con los hondureños haciendo malabares entre la esperanza y el desencanto, preguntándose si algún día las represas, los drenajes y las carreteras serán algo más que un meme recurrente en las redes sociales.

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