REINA LA INCERTIDUMBRE Y PARA COLMO TRUMP
Honduras, ese pequeño paraíso tropical que exporta café, bananos y, sobre todo, ciudadanos, se encuentra una vez más ante una situación incierta. La nueva política migratoria de Estados Unidos amenaza con cortar el caudal de remesas que mantiene viva a la economía nacional, porque al parecer, los gringos están empeñados en devolvernos a nuestros compatriotas en buses, aviones y, en una de esas, hasta en catapultas.
Las remesas representan más del 27 % del PIB, es decir, son el verdadero plan de desarrollo del país. Pero, ¡sorpresa! Con las redadas y deportaciones masivas, ahora resulta que nuestros héroes anónimos serán devueltos con un cariñoso “bienvenido a la crisis”. Y como el gobierno no podía quedarse atrás en esta locura, ha lanzado el emocionante programa “Hermano, hermana, vuelve a casa”. La propuesta es simple: te damos mil dólares y un abrazo, y luego, suerte en la selva laboral.
Y hablando de trabajo, si alguien quiere ver la definición de desesperanza, solo tiene que pasar por las maquilas y observar a cientos de jóvenes en fila, esperando una oportunidad que probablemente nunca llegará. Pero tranquilos, que el país está listo para recibir a miles de deportados con los brazos abiertos y los bolsillos vacíos.
Por su parte, la administración Trump ha decidido revivir su reality show favorito: “La guerra contra los migrantes”. Ahora los estados santuario son el nuevo enemigo y el muro fronterizo en Tijuana se refuerza con alambres de púa, no vaya a ser que alguien intente escaparse de la miseria en una maratónica carrera nocturna.
Mientras tanto, Washington ya nos ve con el mismo interés que un plato de frijoles fríos. La reciente gira de Marco Rubio por la región ni siquiera incluyó una escala en Honduras. Y claro, con la diplomacia del gobierno refundacional, que coquetea con Venezuela y China como si fueran sus nuevos mejores amigos, ¡no es de extrañarse! Para colmo, estamos a punto de patear el Tratado de Extradición con EE.UU., lo que seguro hará que la Casa Blanca nos mande una postal con la frase: “Que les vaya bonito”.
En fin, el país sigue apostando a la incertidumbre. Mientras los aviones de deportados aterrizan y las oportunidades despegan, seguimos en un círculo vicioso donde la política, la economía y la migración se han convertido en el eterno circulo vicioso la tragicomedia hondureña. Pero no se preocupen, seguro que el próximo plan de gobierno tendrá una solución brillante: crucemos los dedos y recemos por un milagro.