MÁS TERCOS QUE UNA MULA CON CÁRCEL EN ISLAS DEL CISNE
Los refundadores y su afán de construir castillos de arena o mejor dicho cárcel en el aire o en el mar
En un país donde parece que lo más inquebrantable no son las leyes ni la justicia, sino la testarudez de sus líderes, la cárcel en las Islas del Cisne sigue siendo la joya de la corona… o, más bien, la roca en la que se estrellan una y otra vez. Porque tres procesos de licitación fallidos no son nada cuando tienen todo un océano para construir su utopía penitenciaria
El general Roosevelt Hernández, siempre firme en su puesto, nos ha confirmado que el espectáculo debe continuar. “Existen algunos procesos de licitación y no se ha logrado, pero se continúa”, afirmó el militar.
Y no es que a los refundidores les falten advertencias. Organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, la empresa privada y hasta la propia población han intentado hacerles ver lo absurdo de gastar 2 mil millones de lempiras en un penal flotante, pero, como buenas mulas, siguen adelante contra viento y marea. Porque, en este país, si no se hace un gasto innecesario en algo que nadie pidió, ¿entonces qué sentido tiene gobernar?
Faltan escuelas, hospitales, medicinas, en fin todo falta, pero lo más importante es una cárcel en Islas del Cisne, porque no se quieren dar con la piedra entre los dientes así que el proyecto sigue en pie, a ver si se les hunden más que los pies en la arena.
Por supuesto, el general no perdió la oportunidad de recordarnos que las Fuerzas Armadas también están en la lucha contra el narcotráfico. Pero parece que, entre tanto narcotraficante y delincuente, lo que realmente les quita el sueño es encontrar una empresa que pueda ofrecer una garantía bancaria decente para construir la famosa cárcel. Tres veces han intentado, tres veces han fracasado, pero no hay nada que una dosis extra de insistencia no pueda solucionar.