REDONDO, OTRA VEZ DE PASEO
Por si aún había alguna duda, Redondo aprovechará los últimos días de la Semana Santa para seguir encaramado entre despilfarro y despilfarro, tras haber hecho girar el globo terráqueo y poner un alfiler sobre Brasil, su nuevo destino turístico, hasta donde volarán por cortesía de las arcas del Legislativo.
A la expedición se sumará Carlón, conocedor de asuntos aeronáuticos, que será la sombra del desvergonzado presidente del Congreso allá donde vaya, incluso en los pasillos que conducen a las suites cinco estrellas reservadas, pues eso de hospedarse en habitaciones sencillas es cosa del pasado reciente.
El pretexto esta vez será la celebración del bicentenario del Senado carioca en Brasilia, a donde aún pueden ambos viajar sin visa y a donde no parecen no haber llegado las menciones hechas a uno de ellos durante el juicio contra el indómito en el norte.
Llegarán el domingo y regresarán a la capirucha un par de días después. Por supuesto que no es mala cosa que vayan, si es que van por asuntos de representatividad; lo malo en sí es que regresarán, para desgracia de todo un pueblo.