REDONDO INTIMIDA “EX-FAMILIA”
Los alargados tentáculos de Luis Redondo andan ya tras la familia de la joven mamá de su hijo, pues según denunció la chavala, el presidente del Legislativo como que ha estado estos días llamando insistentemente a sus parientes para intimidarlos y ver si por ese lado logra ponerla quieta.
Y es que la chavala ha andado “on fire”, destapando las sinvergüenzadas del honorable funcionario que, a ojo de buen cubero, está enjaranado con más de un cuarto de millón de pesos con ella y su hija, a quienes mandó a exiliar a los Yunái para que no afectasen su imagen en Honduras.
Pero la chavala se las sabe todas, ya que en sus archivos personales atesoró una retahíla de evidencias que dejan cero márgenes a las posibles negaciones de Redondo, que a día de hoy sigue sin dar la cara, en clara consonancia con su actuar como supuesto jefe del Congreso.
En las fotos y videos que la chavala supo atesorar aparece el titular del Congreso chineando a su criatura, posando alegremente con ella cuando aún tenía visa para viajar a los Yunái, y hasta videollamándolos a ambos desde su despacho legislativo, con sacada de lengua incluida, dejando clarito su afecto inicial hacia las dos.
Un afecto que, según la chavala, desapareció justamente el día que el mandilón de Redondo se acaparó una nueva concubina: la tal Suyen Muñoz, también funcionaria de la refundación, que sería la encargada de haber puesto la mordaza a la jeta y al bolsillo del irresponsable diputado.
La tiradera de la chavala ha tenido lugar en Twitter, escenario que ha elegido para dar rienda suelta a su narrativa, que adereza con descalificaciones de todo tipo, que van desde “cobarde mequetrefe de pacotilla” hasta “ultrajador de mujeres”, lo cual deja muy mal parado al rechoncho parlamentario, que ha sido capaz incluso de desoír los llamados de la justicia gringa para que responda por la manutención adeudada.
Y ha tenido que ser por Twitter porque Redondo, según la chavala, la tiene bloqueada del WhatsApp, de las redes y hasta del correo electrónico, valiéndose cínica e impunemente de su posición para pasar por encima de la ley, aún y cuando eso implique pasar también por encima de su hija, inocente víctima de su caradurismo