RECUERDITO GRINGO SOBRE TRATADO DE EXTRADICIÓN

La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, ha dejado claro que no hay espacio para malentendidos: los criminales no deberían relajarse pensando que pueden hacer lo que quieran sin temor a terminar con una visita “todo pagado” a los Estados Unidos, cortesía del sistema de extradición.

 “No queremos que los criminales piensen que puedan hacer lo que quieren sin miedo a ser extraditados a los EEUU”, será un recordatorio para alguien… Podría ser talvez quizá para quien quitó el famoso tratado.

Es como si estuvieran recordando a los “pícaros” que, aunque disfruten de un cafecito en las montañas hondureñas, la fiesta podría terminar en una cárcel federal en Florida.

Dogu, con la seriedad propia de una diplomática, subrayó la importancia de la extradición para mejorar la seguridad en ambos países. ¿Y quién puede culparla?

Es la forma más eficiente de ofrecerles a los delincuentes unas vacaciones prolongadas en el extranjero. Además, dejó claro que su gobierno trabaja “muy de cerca” con el de Honduras. A estas alturas, el “trabajar de cerca” ya es prácticamente una tradición diplomática: el presionado de manos eternas entre Washington y Tegucigalpa, aunque sea como dicen por ahí pura apariencia.

En cuanto a las recientes acusaciones contra opositores políticos, Dogu aprovechó la ocasión para recordar la importancia del debido proceso. Algo así como decir: “Los jueces pueden hacer su trabajo… siempre y cuando recuerden las reglas del juego”. Sugiriendo, tal vez, que más de uno podría estar metiendo la mano en el sombrero de las leyes.

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