QUE EN PAZ DESCANSE, RAÚL PINEDA

A los 73 años de edad, y tras perder la batalla contra el dengue en un hospital de la capirucha, dio su último aliento de vida Raúl Pineda, uno de los analistas más ponderados y ecuánimes que tenía la actualidad política y económica catracha.

Con su sensible fallecimiento, sin duda pierde Honduras a una de sus voces más respetadas, pues era Raúl un símbolo de rectitud y valentía, ya que con sus siempre certeros análisis aportaba el balance necesario al acontecer noticioso nacional.

De padre motorista y madre cocinera, Raúl nació en el capitalino barrio La Cabaña. Estuvo casado con María de los Ángeles, con quien procreó a Alejandra y Marcela.

En el cenit de su carrera, sin haber recibido jamás una sola tacha, llegó a ser diputado del Congreso durante dos periodos, además de diputado del Parlacen; en tiempos donde llegar a esas instancias aún requería de vasta experiencia y prestigio.

Un hombre intachable con toda la extensión de la palabra, cuyas contribuciones más significativas como legislador refieren a su participación en la elaboración de leyes para el Control de Armas, la primera Ley de Policía o el Código Procesal Penal, entre muchas otras.

Y es que no hablamos de un profesional cualquiera, sino de alguien que cargaba sobre su espalda nada más y nada menos que un postgrado en Derecho Penal, que incluso complementó con estudios de Economía en materia de Integración en la vecina Guatemala.

Sus últimos años de vida los dedicó a trabajar en el bufete que compartió por mucho tiempo con el recién fallecido José Oswaldo Ramos Soto, con quien transitó un largo camino en la política catracha. Que en paz descanse y resignación cristiana a sus familiares y demás seres queridos.

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