POLARIZACIÓN EN HONDURAS

Lo del clima de polarización del tristemente célebre 2009 acabará siendo una mera anécdota si las turbulencias del áspero presente siguen su curso, pues poca pinta tiene de que el temporal vaya a aminorar en lo que se viene por delante.

Nada ponen de su parte los aludidos, que en cambio parecen muy a gusto avivando las llamas para seguir así caminando sobre las brasas de un país que contiene el aliento tras cada afilado exabrupto lanzado desde uno y otro bando en contienda.

Y es que la mesura y la diplomacia parecen haber relevado a la chabacanería y el belicismo, que se han apropiado por completo de un espectro político que, consciente de la situación, saca rédito a costa de delimitar una frontera de sesgo entre catrachos de todos los colores.

Se sabe ya cómo inició y cómo acabó el aciago 2009, una lección que parece no haber dejado ninguna enseñanza a una clase política que, aunque haya renovado algunos de sus rostros, mantiene su esencia de afilar el machete como plan de gobierno o estrategia de oposición, según sea el caso.

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