PANDILLEROS PROMETEN QUE SERÁN UNOS ANGELITOS

 

En lo que parece ser el giro más sorprendente desde que los lobos prometieron hacerse vegetarianos, varios miembros de la Pandilla 18, desde la Cárcel de Máxima Seguridad El Pozo en Ilama, Santa Bárbara, han decidido que es hora de cambiar su imagen pública.

Estos amables coordinadores del terror urbano juraron con la mano en el corazón o lo que queda de él, que dejarán de cobrar extorsión.

“Ya no queremos que la gente nos vea mal”, declaró uno de los pandilleros, probablemente con la esperanza de recibir una ovación por su nueva faceta de alma caritativa. Después de todo, ¿quién podría resistirse a ese conmovedor deseo de reintegrarse a la sociedad? “Somos personas que tenemos corazón”, añadió. Y claro, en algún lugar entre los asesinatos y las extorsiones, seguramente lo tenían bien.

Pero no solo eso, ahora están ocupadísimos con los talleres del centro penal. Tal vez algún día recibiremos llaveros hechos a mano como muestra de su redención. “Damos nuestra palabra, ya no se va a cobrar extorsión”, dijeron con solemnidad.  Hay que darles el beneficio de la duda porque si algo han demostrado las pandillas es su absoluto respeto por la palabra dada.

Según Dipampco, unos 60 grupos criminales siguen haciendo lo que mejor saben: cobrar extorsión. Pero, tranquilos, ¡los chicos de la 18 ya no están en eso!

 

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