OTRA VEZ APLAZADOS POR LATINOBARÓMETRO

Según el nuevo y demoledor informe de Latinobarómetro correspondiente al año por finalizar, de la aplazancina en la Honduras refundada no se salva ni Dios, y eso incluye tanto a medios de comunicación, como a partidos políticos, instituciones públicas clave y, sobre todo y por sobre todos, el gobierno refundidor, cuya percepción sobre la corrupción se situó en 8.1% sobre 10 entre los encuestados, dato solo superado por Perú, con 8.2%.

Estamos hablando de la organización referente en cuanto a la medición de la opinión pública en Latinoamérica desde 1995, la cual reveló además que la confianza en las principales instituciones y políticos catrachos anda en mínimos históricos, tanto así que en el gobierno refundidor como tal hay apenas un 15% de confianza, en el Congreso y en la mismísima Xiomara Castro es de un mísero 16%, y en el Poder Judicial es del 19%, lo cual refleja una profunda crisis de legitimidad, agravada por el promedio regional también bajo (31%).

Y la lista sigue y sigue, con las Fuerzas Armadas del activista Roosevelt Hernández (34%), con la Policía del otro activista Gustavo Sánchez (27%), con los partidos políticos que siguen sin dar palo al agua (12%) y las instituciones electorales, es decir el CNE (16%); o sea, que se trata de una crisis que profundiza la desconexión entre catrachada y el sistema político, que evidentemente es un desastre.

Pero agárrese, que el tamal no se queda ahí, ya que todo el despotismo imperante ha hecho que la aprobación al gobierno refundidor cayera de un 52% en 2004 a un crítico 22% actual, con un descenso constante desde 2009; es decir, desde el golpe. Solo durante la pandemia se estuvo peor que ahora, que ya es decir. Imagínese usted que el 81% de los encuestados dijo no sentirse representado por el Congreso; un dato sin duda alarmante, aunque no sorpresivo, dado cómo se las gasta Luis Redondo en ese poder del Estado.

Es tal la pésima percepción que tiene de ellos la gente que, siendo que una cosa lleva a la otra, el 37% de ellos cree que el país sigue sin verle la coleada al narcotráfico, mientras el 44% es aún más pesimista ya que consideran que esa es una batalla perdida, apañada por buena parte de los medios de comunicación, que al verse obligados a pintarse de un color determinado han provocado que su audiencia exprese un 67% de desconfianza hacia ellos.