NOS ARRASTRAN AL ABISMO

Con el tratado de extradición denunciado y a punto de finiquitarse, y con el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) habiéndosele cuadrado sin vacilaciones a Mel y Xiomara, Honduras se ha puesto en ‘pole position’ para instalar de una vez por todas el ansiado sueño castrozelayista de arrastrarnos hasta el nefasto sistema bolivariano.

Y eso es así, entre otras cosas, porque aprendió muy bien Mel, que es claramente el ideólogo de la ecuación, de sus errores cometidos en 2009, ya que sobradas muestras han dado de jugar ahora con balón adelantado, anticipándose con cada toque de balón a lo que considera la gestación de un golpe de Estado por parte de la “oligarquía”, en contubernio con el “imperio”.

Dos términos creídos a ciegas y repetidos en modo automático por las acomplejadas huestes refundacionales, ante quienes siguen calando con asombroso éxito al no haber entre ellos espacio para el pensamiento crítico, o siquiera para la duda, pues les basta escuchar rumores sobre la amenaza ficticia de un golpe ese Estado para dar rienda suelta a sus paranoias y maquinaciones.

No fue casualidad que sacaran ellos toda la artillería para darle duro a la embajadora gringa, Laura Dogu, quien con buen tino identificó el peligro, o cuando menos el bochorno que nos hicieron pasar el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya Rosales; y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, al reunirse en Venezuela con Vladimir Padrino, patrón del Ejército bolivariano sobre quien pesan graves acusaciones de narcotráfico y de prácticas tortuosas contra las voces opositoras.

Una reunión, abyecta e infame por la forma, pero sobre todo por el momento en que se produjo, al estar aquel país en plena ebullición social producto del indisimulado fraude electoral perpetrado por el narcodictador Nicolás Maduro, líder del cartel de los Soles por quien los propios gringos ya ofrecen recompensa, y porque está Honduras frente a la puerta que da paso a un nuevo proceso electoral donde ciertamente los que hoy gobiernan lo tienen yuca para consolidar su proyecto cuatro años más.

Y es que la eliminación unilateral del tratado de extradición con los gringos se interpreta como que hayan cavado ellos mismos su propia tumba, pues el repudio de la población ante tan inconsecuente determinación (salvo las consabidas excepciones de los parásitos que engrosan el organigrama estatal), es ya generalizado y nada hará que cambie de aquí al 2025, año reservado para los comicios.

Unos comicios, por cierto, que siguen sin tener presupuesto debido a las lógicas reticencias de la oposición en el Legislativo, donde el oficialismo maniobra turbiamente en las sombras, y en los que las Fuerzas Armadas deben, según la Constitución a la que Roosevelt tanto dice defender, ser los garantes de la transparencia y la paz, alejándose del servilismo que parece imperar en su seno.

Porque si tan cierto fuera su voluntad de hacer respetar el imperio de la ley, no andaría el jefe del Estado Mayor Conjunto siguiendo a rajatabla, como si fuese un soldado raso, las órdenes de Mel, pues la sagrada Constitución dice que su patrona es Xiomara, quien sin embargo solo desempeña un papel secundario y casi decorativo en esta trágica historia, moviéndose más por su instinto de madre, de hija y de esposa, que es el de cuidar a su familia.

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