¿NO QUE NO, CARLÓN?
Por fin vio la luz el famoso video de Carlón con Los Cachiros, mismo que según el hermano de Mel y cuñado de Xiomara no fue más que una trampa que le tendieron para fregarlo. Pero vistas las imágenes, no parece él un tipo engañado, sino más bien lo contrario, pues se lo ve muy a gustito tomando un rol protagónico a la hora de negociar un soborno con los narcos.
Soborno de 650 mil billetes verdes, que son el equivalente a 13 millones de lempiras, según los cálculos hechos ‘in situ’ por Javier Rivera, uno de los cachiros presentes en la reunión junto con su hermano Devis, Ramón Mata Waldurraga y el Negro Lobo, que allá por 2013, año en que se grabó el video, eran parte del Dream Team de la narcoactividad catracha.
Pero el video da cuenta de mucho más que una simple negociación, con la que según el portal Insight Crime supuestamente se financió parte de la campaña política de la refundación en aquel año, cuando la actual presi buscaba la guayaba por vez primera. Y es que en el cónclave se ve a Carlón y a sus anfitriones en pleno compadrazgo, a tal punto que Carlón hasta se permitió el lujo de soltarles una bromita: “Pero oiga lo que le voy a decir ya: después no queremos verlo en un vuelo a Miami”.
Y es que apenas unos segundos antes, el ahora ex secretario del Congreso Nacional de la República refundacional de Libre, no se mostró reacio a aceptar el supuesto soborno, tal y como declaró antes de anunciar que renunciaría a su cargo en el Legislativo, cuando dijo que en ningún momento recibió billete y que como nada debe, nada teme. “Bien, ¿y cuándo entregarían ese dinero?” preguntó.
Se refiere a lo expresado antes que eso por parte de Davis Rivera, el cachiro mayor, que claro y pelado dijo: “Mire, la mitad que sea para el comandante, el resto lo compartimos nosotros”, palabras que de inmediato repartieron buena parte de sospechas también a Mel Zelaya, que es a quien todos llaman “comandante”.
El video lo grabó con su reloj uno de los propios cachiros, en la sala de una lujosa mansión en San Peter, y fue captado antes de entregarse y empezar a colaborar con la DEA, justo cuando apenas un par de meses antes se había aprobado la reforma constitucional que permitió empezar a mandar narcos rumbo al norte gracias al tratado de extradición que, casualmente, Xiomara Castro mandó denunciar justo cuando se destapó la olla de los narcocoqueteos de su cuñado.