NI RASTRO DEL HOSPITAL DE ROATÁN

En arrancón de perro haragán quedó la construcción del hospital que el gobierno refundidor prometió a los de Roatán luego de que el pasado abril se les quemara el anterior. A día de hoy, casi cuatro meses después, apenas las zanjas.

Eso ha hecho que los isleños anden ya con la mosca detrás de la oreja, pues todo era miel sobre hojuelas cuando llegó allá la comandanta Castro a dizque supervisar las obras de construcción, en un acto que parecía más propagandístico que humanitario.

Y a la luz de los hechos, los de la ASJ ya salieron a poner la queja, puyando a los de la Secretaría de Salud que se pongan las pilas y muevan las nalgas, porque para ayer es tarde. “Es esencial concluir estos procesos para asegurar que los habitantes de Roatán cuenten con los servicios de salud que necesitan y merecen”, dijo Blanca Munguía, su directora del área de la Salud.

Y razón lleva de sobra, porque a día de hoy, “los servicios que reciben son fraccionados y carecen de todas las garantías necesarias para una atención sólida y oportuna en emergencias”, según detalló Munguía.

Mientras tanto, desde el gobierno refundidor el único que medio ha salido a dar la cara es Octavio Pineda, el de Infraestructura, que parece tener el don de la omnipresencia, pues dijo que para medio maquillar el asunto están dándole viento a uno provisional que construyen en Loma Linda y que estaría listo en más o menos mes y medio.

Eso, mientras dizque continúan con las obras del otro, que saldrá, según los cálculos, a más o menos 47 millones de pesos y, en principio, estaría listo en 14 o 16 meses, pero al ritmo que llevan, tiene pinta de que lo acabarán a mediados de siglo.

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