NASRALLA SE PINTA DE COLORADO
Por fin llegó Salvador Nasralla a consumar su aterrizaje en la pista colorada, donde una marea de liberales lo recibió como a uno de los suyos, y ante quienes llegó a disparar sin miedo al éxito, pues buena parte de su discurso se centró en tirar punzadas directas al corazón de sus exaliados del gobierno de la refundación, al que tachó de “totalitario”.
“Pongo a la disposición del Partido Liberal mis ideas, mi talento y mi esfuerzo para que desde una coalición política hagamos una fuerza poderosa”, dijo, luciendo una corbata igual de colorada que la bandera que ahora quiere levantar; ya que así, según él, podrán mandar de nuevo a la llanura a los refundidores, que “se burlan y pisotean la Constitución” y añoran que Honduras “se convierta en otro país de esa órbita populista comunista”.
Toda una declaración de intenciones que, para sorpresa de los presentes, fue propiciada por la invitación que los propios colorados le hicieron llegar semanas atrás, según dijo, pues con la cola medio metida entre las patas llegó a decir que no llega para “quitarle posiciones a nadie” sino para evitar junto con sus nuevos correligionarios que el país “en las garras del totalitarismo”.
Acto seguido, también sacó el exdesignado su repertorio con el que endulzó el oído de sus anfitriones, a quienes gritó que “todos los ciudadanos que amamos la libertad somos liberales”, por lo que su aterrizaje se da porque su intención siempre “fue, es y seguirá siendo crear las transformaciones para facilitar las reformas que Honduras requiere”, ya que “soy un liberal de convicción”.
Dijo además Nasralla que, al ser gran parte de su familia de filiación colorada, su adaptación no será en ningún momento un problema, ya que sabe muy bien que sus anfitriones, al igual que él, también buscan evitar que “Libre, usando los mecanismos del fraude se perpetúe en el poder para convertir a Honduras en un país piltrafa”, donde todos seamos “iguales en la pobreza”.
De tal modo que la comparecencia de Nasralla ya solo queda a expensas del veredicto de la cúpula colorada, que en cuestión de días deberá formalizar su integración en las filas del partido y buscar desde ahí, al igual que lo hiciera Jorge Cálix hace poquito, dar el zarpazo definitivo para arrebatar la guayaba a los refundidores de la patria.