NASRALLA: PIONERO PARACAIDISTA
Salvador Nasralla, conocido por su habilidad para aterrizar en cualquier alianza sin previo aviso, ahora es objeto de críticas por quienes fueron sus aliados, los de Libre, simplemente le dan una patada en el trasero.
Nasralla, ha decidido abandonar su posición como designado presidencial. Ante esta noticia, las reacciones no se han hecho esperar, especialmente las del secretario privado Héctor Zelaya, quien ha lanzado una serie de comentarios satíricos que han dejado a más de uno con la boca abierta.
Zelaya, en un alarde de sarcasmo e ironía digno de aplauso, describió a Nasrralla como “el primer paracaidista del gobierno que ha estado cobrando sin trabajar”.
El agradecimiento de Zelaya por la partida de Nasrralla fue palpable, destacando la “satisfacción generalizada en el Congreso Nacional” ante esta decisión. Parece que muchos compartieron este sentimiento de alivio, quizás porque todos son unos malagradecidos y ya no recuerdan que ocuparon a Nasrralla, a quien solo usaron como un tonto útil.
Para ilustrar su punto, Zelaya recurrió a una canción popular, recordando los días en que su progenitor, el coordinador de Libre, Manuel Zelaya Rosales, tarareaba la melodía de “No me amenaces”. Una elección musical bastante adecuada, considerando que Nasrralla había anunciado su partida, pero, al parecer, estaba tomando su dulce tiempo para ponerse en marcha.
El golpe final de Zelaya llegó cuando señaló la falta de rendimiento laboral de Nasrralla, quien, según él, había estado “cobrando un salario sin trabajar”. Una crítica mordaz, respaldada por el contraste irónico de aquellos que, como Zelaya, han dedicado sus vidas al trabajo político activo.
En un gesto de despedida cargado de buen humor, Zelaya instó a Nasrralla a aprovechar su salida del cargo para involucrarse más activamente en la política y trabajar de cerca con la población. Una sugerencia que, sin duda, Nasrralla debería tomar en serio si quiere dejar de ser recordado como el pionero paracaidista del gobierno y comenzar a construir una reputación más sustancial en la arena política