“MECANISMO DE PROTECCIÓN” MANUAL DE DESPROTECCIÓN
En un acto magistral de ironía institucional, el gobierno de Honduras ha logrado lo impensable: convertir un mecanismo diseñado para proteger los derechos humanos en una impecable máquina de desprotección, Así califican hoy día al Mecanismo de Protección los gremios que se acogen al mismo.
El Mecanismo Nacional de Protección, que debería resguardar a periodistas, ambientalistas y defensores de derechos humanos, ha dejado claro que proteger no es lo suyo. Pero desproteger. Eso lo hacen a la perfección.
Sin ir tan lejos tomamos como ejemplo, el caso más reciente de Juan López, un activista que tristemente se convirtió en el ejemplo vivo —o más bien, tristemente no tan vivo— de la ineficacia del mecanismo. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó medidas urgentes para garantizar su seguridad, y el mecanismo, fiel a su estilo, las ignoró con una destreza que solo se adquiere con años de perfeccionamiento burocrático.
¿El resultado? La lamentable muerte de López que terminó como muchos otros bajo esta “protección”: completamente desprotegido.
El director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Carlos Hernández, fue directo: “Honduras es uno de los tres países en América Latina con más asesinatos de dirigentes sociales, especialmente ambientalistas”. Claro, con un sistema como este, ser activista es casi sinónimo de estar en la lista de “próximas víctimas.
Los datos de la ASJ no podrían ser más reveladores: el mecanismo se creó en 2015, pero en 2017, se le empezó a recortar personal. Para 2021, ya no había quién levantara ni un teléfono.
Osman Reyes, presidente del Colegio de Periodistas de Honduras, describió la situación con una honestidad brutal: “Estamos con la ley de sálvese quien pueda”. El mecanismo ha demostrado una capacidad envidiable para demostrar que la falta de protección no es un defecto, sino una característica clave de su diseño.
Finalmente, Dina Meza, directora de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos (ASOPODEHU), lo dejó bien claro: el mecanismo no implementa medidas de seguridad ni para periodistas, ni ambientalistas, ni defensores de derechos humanos. Tal vez solo protegen a quienes ya están en el extranjero o a los que tienen la suerte de no estar en riesgo. Sin duda desgraciadamente lo que tenemos en Honduras es un “Mecanismo de Desprotección, bien engrasado.