LUIS REDONDO, EL FIEL ESCUDERO DE LIBRE

Como era de esperarse Luis Redondo blande su espada en defensa del CNE y denuncia “violencia política” de los villanos opositores

Luis Redondo, presidente del Congreso Nacional y ahora autoproclamado paladín del partido Libre, decidió salir al ruedo digital en su cuenta de X, armado con los artículos 55 de la Constitución y 13 de la Ley Electoral, para proteger a su dama política: el partido de Gobierno.

Como todo buen caballero, dejó claro que, de acuerdo con las leyes, la presidencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) debe caer, como siempre ha sido, en manos del consejero electo por el glorioso partido Libre. Porque si no es Libre, no es democracia.

Según Redondo, esta noble tradición, que ha sido respetada desde tiempos inmemoriales, no puede romperse ahora, mucho menos bajo el reinado de la primera presidenta de Honduras, la majestuosa Xiomara Castro. “El orden de precedencia debe respetarse”, proclamó nuestro Quijote moderno, dejando entrever que quien ose desafiar esta norma histórica caerá bajo el peso de su noble espada legislativa.

Redondo recordó que la elección de los consejeros del CNE fue pura, inmaculada, con 106 votos que se lograron sin “las viejas prácticas del pasado”, donde los villanos compraban votos como si estuvieran en un mercado de pulgas.

Aquí no hay dinero sucio, ni extorsión -bueno, según él- porque este proceso, señoras y señores, fue sellado con la palabra de honor de quienes jamás la romperían.

Por supuesto, como todo héroe, Redondo no dejó pasar la oportunidad de desmentir a los malvados detractores que aseguran que algo anda mal. “¡Desmiento categóricamente a los que argumenten lo contrario! Los que las han hecho, se las imaginan, sentenció.

El clímax de su discurso llegó cuando arremetió contra aquellos que, en su opinión, están tratando de “someter y mancillar” a una consejera independiente del CNE. Porque ahora que le conviene defiende a la representante del PL, Redondo, calificó a estos adversarios como “cobardes” de la peor calaña.

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