EL ARTE DE NO SOLTAR LA SILLA

En el que según el imaginario colectivo es el peor Congreso Nacional de la historia, donde la mora legislativa anda por las nubes y los sobornos disfrazados de subvenciones se mueven bajo bajo, el 75% de los padres y madres de la patria, es decir 95 de 128, andan queriendo renovar sus credenciales para ver si se quedan cuatro años más en sus curules, viviendo a boquita qué querés.

Y muchos de los que no aspiran a seguir como diputados, andan ya postulándose para otros cargos en las alcaldías o en algunas fórmulas presidenciales, como si no hubiese otra forma de ganarse la vida. Es más, cuatro de ellos andan a día de hoy queriendo ser presidentes, tal es el caso de los colorados Cálix y Maribel, el cachureco Jorge Zelaya y el refundidor Rasel Tomé. Apenas dos que tres pelones tuvieron la decencia de mejor no seguir mamando de la teta.

Ese es el panorama y así lo salieron contando los de Proceso Digital, que se tomaron la molestia de sacar las cuentas, encontrándose con los bochornosos números de un Poder Legislativo donde hasta su presidente, el mandadero Luis Redondo, quiere revalidar mandato pese a la retahíla de cuestionamientos que le rodean la panza, aunque no lo hará con el PSH, que fue el partido que lo llevó hasta donde está, sino con la refundación, a la que se ha acoplado como uno más.

Encabezan la penosa lista los refundidores de la patria, con 41 criaturas que no conformes con el desastre en que han convertido el hemiciclo, andan en busca de cuatro años más de guayaba; seguidos por los cachurecos, que llevan 30 en la lista; los colorados, que metieron en el combo a 24 cristiano más; que se sumen a los tres pelones del PSH.

Toda una constelación de señoras y señores que no han tenido reparo alguno en postularse para la reelección, pese a no haber hecho ningún mérito para merecerlo, pues no hace falta más que levantar la mirada y ver el despotismo del Congreso de estos días, donde ciertamente la dirigencia, encabezada pro Redondo y gobernada desde las sombras por Mel, ha hecho de aquello un despropósito en tota regla. ¡Cuatro años más!

Share via
Copy link