LEY TRIBUTARIA MANZANA DE LA DISCORDIA
En el Congreso Nacional, la Ley de Justicia Tributaria sigue siendo la manzana de la discordia, con gritos de “¡Se van!” y “¡No volverán!” retumbando en las paredes del recinto como si de un concierto de rock se tratara, solo que sin la música y con mucho más ruido. Los diputados del Partido Nacional y LIBRE protagonizan un auténtico duelo de cánticos, cada uno reclamando la última palabra como si de un torneo de gritos se tratara.
Por su parte, el presidente del Congreso, Luis Redondo, apareció para anunciar el inicio de la discusión del dictamen con tono solemne, describiendo la ley como una herramienta “crucial” para construir un sistema tributario que responda a las necesidades del pueblo. Es casi como si estuviera presentando la receta para un pastel fiscal perfecto, sin ingredientes amargos… o al menos eso se promete.
Los diputados oficialistas aseguran que esta ley no traerá nuevos impuestos ni aumentará las tasas, pero sí promete milagros fiscales. Según ellos, es la fórmula mágica para recaudar más sin que nadie sienta el golpe en el bolsillo, cerrando las puertas al ingenio de los evasores y recaudando de manera más “equitativa”. Las grandes empresas, que hasta ahora disfrutan de vacaciones fiscales más largas que las de cualquier escuela, verán cómo la recaudación llega para cortar la fiesta.
Se pretende, además, que Honduras deje de ser visto como un paraíso fiscal, aunque algunos ya lo catalogan como un “resort” fiscal para quienes saben dónde esconder el dinero.
Con la nueva ley, el país se pondrá serio para evitar ser declarado formalmente como tal y enfrentar las temidas “consecuencias financieras y reputacionales”. Aunque, por ahora, los diputados solo parecen estar interesados en ganar el concurso de gritos, mientras la manzana de la discordia, la Ley Tributaria, sigue rodando por el salón, esquivando propuestas y recogiendo desacuerdos.