LE SIGUEN SACANDO TRAPITOS SUCIOS AL IP
La Junta Interventora del Instituto de la Propiedad (IP) sigue sorprendiéndose con la cantidad de irregularidades que inundan la institución, y siguen sacando los mismos trapitos sucios al mal Diaz, perdón Ebal Diaz.
Lenin Funes, miembro de la Junta Interventora, confirmó lo que ya todos sospechaban: que se manejaba un fideicomiso “mágico” con el cual se pagaban sueldos a diestra y siniestra. ¡Un modelo de generosidad administrativa digno de estudio!
Según el informe presentado, en el IP se encontraron 514 consultores y 179 contratos a término, además de más de 1,000 empleados con acuerdos permanentes. Lo más llamativo es que entre los beneficiados no solo había técnicos, sino también activistas políticos camuflados de expertos. “Esas son las pequeñas sorpresas que nos tiene la administración pública”, señaló Funes con la resignación de quien abre la puerta de un clóset y le cae un alud de papeles mal archivados.
Pero eso no es todo. La Unidad Coordinadora de Proyectos, administrada anteriormente por Ebal, quien huyo a Nicaragua para escapar de sus fechorías, parece haber sido un vivero de desastres. Proyectos de vivienda inflados en presupuesto, otros sin terminar y algunos con ocupantes sorpresa que se apropiaron de ellos antes de que siquiera fueran entregados. Un verdadero ejemplo de planificación estratégica… pero para el caos.
Además, el Ministerio Público también ha encontrado que, al parecer, algunos empleados recibían viáticos fantasmas y que la flota vehicular del IP es una especie de mito urbano: todo el mundo habla de ella, pero nadie la ha visto. El problema es grande y cada piedra que levantamos revela más corrupción.
El impacto económico de estas travesuras administrativas es colosal, y la Junta Interventora se enfrenta al reto de poner orden en lo que parece un circo sin domador.
Las investigaciones siguen su curso, los informes ya están en manos de las autoridades y, con algo de suerte, algún día los responsables rendirán cuentas.