LE PONEN VELAS AL POLLO
Sigue la administración pollera dando más de qué hablar por los chismes y pleitos que la rodean que por las obras que ejecuta en San Peter, que ciertamente son pocas. La última “mención” tiene que ver con un grupo de exempleados a los que el Pollo Contreras dio corte de chaleco, y que ahora andan encendiendo velas frente a la “muni” como acto simbólico para denunciar las mandracadas que dicen que cometen los mandamases, y el acoso que dicen que reciben sus compañeros aún enchambados en varias de las gerencias.
Denuncian, además, que la libertad de expresión en las entrañas de la “muni” murió desde que el Pollo agarró la guayaba. “Estamos bajo un gobierno municipal en donde si los empleados no hacen lo que les dicen, aunque no esté bien, lo llevan al rincón más desprestigiado de la alcaldía y lo despiden”, dijo una de las que llegó a poner velas, de nombre Daniela Mancía.
Atribuyen la denuncia, Daniela y los suyos, a las supuestas marrullerías que la Fiscalía anda estos días investigando a la “muni”, donde sigue sonando con fuerza lo de la dizque concesión de contratos “de compadre hablado” que el Pollo habría facilitado a parientes cercanos suyos, así como el supuesto desvío de billete con el que él y su mujer se habrían finalmente acaparado en una residencial de “alto pedorraje” en la zona alta de la ciudad.
Todo ello, por supuesto, desmentido por el propio Pollo y su cónyuge, pero que ha servido igualmente para dar alas a los denunciantes, que ciertamente son de los que se agarran de cualquier babosada para armar molote, sin que lo que denuncian haya sido siquiera comprobado.
Pero bueno, el caso es que son más o menos 50 los exempleados “mochados” supuestamente de mala manera por el “pollismo”, y otros tantos a los que, según dicen, quieren mover de sus puestos para “expatriarlos” a la mentada composta que mantiene instalada la “muni” en El Ocotillo y Cofradía, que vienen siendo la periferia de la periferia de San Peter.
Y todo ello, según comentan, se originó el día en que el Pollo decidió por gusto y gana remover al refundidor Antúnez de la jefatura de la Gerencia de Servicios Sociales para poner en su puesto a Milton Harry, que es uno de sus “sobalevas”, lo cual desató una ola de indignación y protestas entre los primeros, cuyo ámbito de acción de ha ido reduciendo de a poquito desde que el alcalde inició su guerra civil particular contra el vicealcalde refundidor, Omar Menjívar, quien no ha parado de ventilarle supuestas movidas chuecas.