LA REFUNDACIÓN AMENAZA AL IMPERIO
Todo parece indicar que 2025 será un año de vértigo para las Honduras, según se dedujo del primer discurso que se voló la comandanta Xiomara Castro en cadena nacional el mero 1 de enero, donde sin andarse por las ramas amenazó ella al mismísimo imperio yankee con echarlos a patadas de su base militar en Palmerola, si es que finalmente el chele cumple su promesa de deportar masivamente a los catrachos desde la USA.
Luego de tan osada amenaza, quizás para medio barajarla un poquito, dijo sin embargo que espera no llegar a tal extremo, pues su corazoncito guarda esperanzas de que la relación con la nueva administración gringa “sea abierta al diálogo, constructiva y amistosa”, pero sobre todas las cosas, que el chele Trump “no tome represalias innecesarias contra nuestros migrantes, que por norma es un gran aporte a la economía norteamericana”.
Pero según Xiomi, si finalmente el magnate no toma en cuenta su advertencia, “tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación” con los gringos, muy especialmente en cuanto al campo militar se refiere, ya que recordó ella que “sin pagar un centavo por décadas” mantienen ellos bases militares en nuestro territorio, que en este caso “perderían toda la razón de existir en Honduras”.
Llegados a este punto, resulta inevitable pensar qué pasaría en caso de que a Trump le valgan chancleta las amenazas, como parece que así será. ¿A caso la refundación expulsará por la fuerza a los más de 500 uniformados que el tío Sam mantiene desplegados y en vigilia permanente en la Base Aérea Soto Cano desde el 82? Nunca se sabe, aunque lo más probable es que no, por obvias razones que no viene el caso mencionar.
En cualquier caso, el debate está servido, pues mientras la pobrería más resentida y acomplejada de la refundación alaba la gallardía de su comandanta, unos cuantos más la critican por su desmedida osadía; mientras otros, los más catastrofistas, ya hasta le andan adivinando el futuro, uno donde le recuerdan que lo más importante en la vida y en la política es saber elegir a los amigos, pero, sobre todo, a los enemigos, pues largos e inescrupulosos han sido siempre los tentáculos del tío Sam.