LA “CHOLA” DE MARLON
Medio mundo puso el grito en el cielo cuando se enteró de que en cuestión de dos años y pico, desde dejó de quemar llantas en las calles para empezar a mamar la amable teta del Estado, el recalcitrante ministro de Finanzas, Marlon Ochoa, fue capaz de acapararse tremenda “cholita” en Valle de Ángeles.
En 14 milloncitos le han valorado el cuchitril, ubicado en una zona noble del pueblo en cuestión y que es habitada por las más altas poporoilas de la “socialité” catracha a la que tanta leña le pasa tirando con tal de mantener vigente su discursito pseudo revolucionario en favor de los más desfavorecidos.
Y todo se destapó por andar él nuevamente de jetón, acusando falsamente a su vecino Jorge Cálix de pavimentar el acceso a su casita con billete del IP, al que la refundación mandó intervenir. Porque fue como respuesta que el precandidato reveló la ubicación de la mansioncita, a la que a simple vista el resto de los mortales ni en sueños podrían tener.
Raro es, sin embargo, que tras la revelación no haya salido aún Ochoa a dar la cara, quizás porque no hay manera de justificarse, pues ya lo dijo tiempo atrás, desde la llanura, su propio mentor Mel Zelaya, que ningún arrimado del organigrama estatal es capaz, a puro sueldo, de agenciarse una “chola” de tal calado. Quién iba a decir que el tiempo acabaría dándole la razón.