JOYA GRANDE, EL GRAN BANQUETE
Un zoológico con más intriga que una jungla virgen, ese es el de Joya Grande, primero un narco-zoológico, después incautado y descuidado al grado de la muerte de los inocentes animales y ahora sale a la luz otro hallazgo que dejó a muchos con un susto como si los quisiera atacar un león.
El director de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI), Marco Antonio Zelaya, presentó una denuncia que promete más drama. Zelaya se apersonó en el Ministerio Público para denunciar un supuesto millonario desvío de fondos del zoológico Joya Grande, un lugar donde aparentemente los animales no son los únicos con apetito voraz.
“Nos hemos presentado en el Ministerio Público presentando formal denuncia y acreditando medios de prueba para que se aperture una investigación lo más pronto posible en contra del despilfarro de alimentos que se proporcionaban a animales que albergan el zoológico Joya Grande”, declaró el director con la seriedad de un león a punto de rugir.
Según Zelaya, los fondos destinados para alimentar a los animales eran desviados más rápido que un mono trepando un árbol.
El modus operandi, según explicó el director, es digno de una trama de película de robos. Los proveedores llegaban con la comida y, cuál obra de magia, varios personajes aparecían para desviar los alimentos. ¡Quién hubiera pensado que los empleados del zoológico tenían habilidades de ilusionistas!
Zelaya, con más papeles en la mano que un oficinista en hora pico, aseguró que pone a disposición del Ministerio Público toda la documentación necesaria. Ahora resulta que en Honduras ni los animales del zoológico se escaparon de la extorsión.
Desde que el zoológico fue incautado, se han invertido 108 millones de lempiras, pero parece que el dinero ha desaparecido más rápido que una gacela siendo perseguida por un león, ya que solo se han visto 21 millones.
Los exóticos habitantes del zoológico pasaron de bellos especímenes de la naturaleza a víctimas de la corrupción y la negligencia estatal. Uno solo puede preguntarse si el instinto de robo de muchos es más grande que el instinto animal.