JEFE DE LAS FFAA VOLVIÓ ALIENADO DE VENEZUELA
Con el chip formateado regresó el jefe de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, de la bolivariana Venezuela, un país al que considera “hermano” y que no dudó en alabar sus supuestas virtudes, como compensación quizás por haberse pasado allá unos días a boquita qué querés, invitado por su homólogo, el torturador Vladimir Padrino, a algo que ellos llaman “IV Juegos de Cadetes”.
Una visita patrocinada intrínsecamente por Nicolás Maduro, que fue lo que encendió la chispa de los críticos en suelo catracho, por producirse apenas unos días después de que el narcodictador se hueveara descaradamente las elecciones con el propósito de amarrarse seis años más a la silla del poder, en representación del Cartel de los Soles.
“No hay que confundirse, esta institución sigue sólida”, respondió Roosevelt a los cuestionamientos, pues no son pocos los que andan con el temor de que en 2025 vayan a avalar ellos acá el potencial fraude catracho, tal y como discretamente lo fueron a avalar a Venezuela con su visita.
Aun así, jura Roosevelt que no hay nada que temer: “tengan la confianza que nosotros estamos para proteger la Constitución de la República con nuestra comandante general de las Fuerzas Armadas al frente”, dijo, como si hacer alusión a su patrona iba a ayudar a disipar el resquemor de una catrachada que los empieza a ver con recelo por su cercanía con las narcodictaduras aliadas.
Y es que, según Roosevelt, en plan totalmente alienado, nada de lo que se ve por la tele se corresponde con la idílica realidad venezolana, por lo que no dudó tampoco en apuntar a la vieja confiable para salir del apuro, culpando a los medios de comunicación de su visión sesgada del asunto: “quieren engañar a la población porque a través de los medios de comunicación se roban la democracia, confunden a la gente”.
Según él, “una mentira contada 100 veces se vuelve verdad”, sin caer en razón de que en apenas un par de minutos él dijo tres o cuatro, por lo que la cuenta regresiva se está volviendo angustiosa de cara a unos comicios en los que habrá que ver de qué lado masca la iguana de las gloriosas Fuerzas Armadas.