INICIA LA CUENTA REGRESIVA
Falta exactamente un mes para el primer martes después del primer lunes de noviembre de este año bisiesto, día en el que tradicionalmente Estados Unidos celebra sus elecciones presidenciales, y en el horizonte reina la incertidumbre. Con Kamala Harris ligeramente por delante de Donald Trump según las encuestas, la batalla se definirá en los estados clave.
Y es en ellos donde ambos candidatos han enfocado sus esfuerzos en las últimas semanas y, presumiblemente, lo harán durante este mes.
Tras pasar el viernes por Georgia, uno de los estados afectados por el huracán Helene, este sábado Trump visita Pensilvania, el municipio de Butler, el lugar en el que el pasado 13 de julio fue herido en la oreja por un disparo en su primer intento de atentado.
Y Harris, quien irrumpió por sorpresa en la campaña el 21 de julio, tras la retirada de Joe Biden, fue ayer a Míchigan y hoy viaja a Carolina del Norte para recibir información de las tareas de recuperación del huracán más mortífero desde el Katrina de 2005, con más de dos centenares de fallecidos en el país.
Estos cuatro, junto con Arizona, Nevada y Wisconsin, son los estados clave o bisagra, por lo ajustados que presumiblemente estarán sus resultados ya que su población no es de un marcado signo político como sucede en otros como California (demócrata desde los 90) o Texas (republicano desde los 80).
En el lenguaje electoral se les conoce como los ‘battleground states’ (estados de batalla) y es allí donde los candidatos pelean más duro, con actos presenciales, publicidad y entrevistas con medios locales.