INFLACIÓN, NÚMEROS QUE NO CORRESPONDEN A LA REALIDAD

Al ir al mercado o a la pulpería, el pisto ya no ajusta para nada, apenas se puede comer y hay muchos que hasta pasan hambre, se queja el común de los hondureños. Pero esa realidad contrasta con las cifras oficiales del índice de inflación.

Ese índice es una mentira, no tiene nada que ver con lo que el pueblo, pueblo vive el día a día, coinciden los consumidores, refiriéndose a las cifras oficiales que ofrece el Banco Central de Honduras.

Honduras cerró el 2023 con una inflación interanual de 5.19 %, siendo menor en 4.61 puntos porcentuales que la observada al finalizar 2022, cuando ascendió a 9.80 %, informó este martes el Banco Central del país centroamericano (BCH).

Son nada más cifras, ellos las entenderán y las maquillaran a su manera, critican los defensores de los consumidores, pero lo cierto es que el pueblo padece cada día, para comprar los frijoles y los huevos y quizá un poco de arroz, que es a lo mucho que la mayoría de los catrachos pueden aspirar y dando gracias.

En su informe sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el BCH indicó que la inflación mensual en diciembre pasado se ubicó en 0.52 %, influenciada principalmente por el aporte de 0.35 puntos porcentuales de los alimentos y bebidas no alcohólicas.
Destacaron además el alza en los precios de productos agrícolas de mayor demanda en la temporada navideña como el tomate, limón, chile dulce, repollo, lechuga, plátano, huevos y algunos productos industrializados, aportando estos últimos un 67.3 % de la inflación mensual.

Según el ente emisor, la inflación subyacente se desaceleró por cuarto mes consecutivo hasta una tasa del 5.18 %, por el menor ritmo de crecimiento en los precios de algunos alimentos y bebidas industrializados, vestuario, calzado y alimentos consumidos fuera del hogar.

Son cifras oficiales y para efectos de informes son las que se toman en cuenta, pero el hondureño que pasa hambre solo sabe que los productos de la canasta básica son inalcanzables.