INFILTRADOS EN EL CMH
El Colegio Médico de Honduras (CMH) vivió lo que podría describirse como una asamblea “extraordinaria” en más de un sentido. Lo que inicialmente debía ser una reunión para discutir el despido de siete galenos en diciembre pasado, se transformó rápidamente algo de conspiración barata.
El caso más sonado fue el del doctor Tirzo Israel Godoy Torres, quien, tras 13 años de servicio en el Hospital Cardiopulmonar del Tórax, fue despedido sin previo aviso.
Según sus propias palabras, su “crimen” fue opinar sobre la ministra de Salud, Carla Paredes. En un giro que nadie vio venir, la asamblea, en lugar de centrarse en la defensa del galeno, se convirtió en un campo de batalla entre los que lo apoyaban y los que, curiosamente, parecían estar más interesados en defender a la ministra.
La situación alcanzó su clímax cuando la asamblea fue interrumpida por un grupo de “infiltrados” que, para sorpresa de nadie, no pertenecían al gremio médico. ¿Su misión? Sabotear la reunión y, de paso, intentar tomar el control del CMH. Al parecer, estos personajes venían con la lección bien aprendida, ya que se mostraron abiertamente a favor de la ministra Paredes.
Y como si el caos no fuera suficiente, resultó que los infiltrados pertenecían al Partido Libertad y Refundación (Libre). La intención era clara: tomar el control de la asamblea por la fuerza.
En resumen, lo que debía ser una asamblea para discutir la injusticia hacia varios médicos, terminó siendo un circo donde los protagonistas no llevaban batas blancas, sino camisetas políticas.