HONDURAS OTRO TROFEO AL FRACASO CON CUENTA DEL MILENIO
Con la elegancia de quien siempre se queda en el último lugar, Honduras ha sido excluida nuevamente de la lista de países elegibles para recibir asistencia de la Corporación del Reto del Milenio (MCC) en 2025. ¿La razón? Un impresionante puntaje del 15% en el indicador de control de corrupción, el equivalente a un aplauso lento en un examen donde el mínimo para pasar era, precisamente, 15%.
Pero eso no es todo: Honduras, como buen repetidor crónico, también reprobó en otros siete indicadores claves, dejando claro que aquí nadie compite por excelencia.
Los orgullosos indicadores reprobados de Honduras
Control de corrupción: 15%
Eficacia del gobierno: 22%
Estado de derecho: 15%
Libertad de información: 50%
Acceso al crédito: 37%
Gastos de educación: 46%
Tasas de vacunación: 30%
Reducción de la tasa de jóvenes en finalización de la educación secundaria: 27%
Como señaló el economista Roberto Lagos, quien ya había predicho este resultado con una precisión escalofriante (14% en su proyección), el control de corrupción es el talón de Aquiles de Honduras. Lamentablemente, seguimos siendo expertos en todo menos en mejorar. Reprobar este indicador es como olvidar el paraguas en medio de una tormenta: sabías que iba a pasar y no hiciste nada para evitarlo.
Honduras ocupa ahora el envidiable puesto 24 de 28 países evaluados, con un desempeño que confirma su lugar en el club de “los que siempre reproban”, no hay forma de disfrazar el deterioro absoluto del indicador de corrupción, que, para añadirle más dramatismo, alcanza su peor evaluación desde que el Banco Mundial comenzó a medirlo en 1996.
Por supuesto, algunos intentarán maquillar la situación, recordando que el país subió un par de percentiles debido a que otras naciones han sido reclasificadas como economías de ingresos medios altos. “Pero no nos engañemos, esto es como sentirse más alto porque el resto se sentó.
El indicador de control de la corrupción evalúa cómo el poder público se utiliza en beneficio privado. En otras palabras, mide cuán bien hemos perfeccionado el arte de “hacer de las nuestras”.
¿Qué sigue para Honduras?
Nada, por supuesto. Sin acceso a los recursos de la MCC, el país continuará su espiral hacia un futuro donde las cifras son más predecibles que el amanecer. Mientras tanto, los titulares se llenarán de promesas vacías y discursos rimbombantes sobre “mejoras estructurales”.