HÉCTOR ANDA DE “ZAMPALIMONES”
El primogénito de la parejita presidencial, Héctor Manuel Zelaya, sigue atreviéndose a opinar de asuntos que en teoría no deberían irle ni venirle, pero sabiéndose con la potestad que cree que le otorga su apellido, igualmente se autoconcede todo tipo de licencias y acaba de “zampalimones”.
La última muestra la dio la semana pasada, mientras su mami reaperturaba el estuche Morazán en San Peter, donde se atrevió él a soltar la lengua para despotricar contra los opositores que han andado reacios a que se apruebe el presupuestón de las elecciones bajo los términos que propone la refundición.
“Los que están en contra son los del fraude del 2017 y 2013; entonces hay que poner las bardas en remojo y empezar a ver quiénes son esas personas que atrasan, boicotean y ponen zancadillas para que Honduras siga avanzando”, dijo, en la línea que marca la refundación como dueña absoluta de la verdad y la razón.
Según Héctor, los opositores, “no van a poder ponerse de acuerdo en algo que venga a transparentar las elecciones”, porque su fin siempre será el de poner trabas a todo lo que la refundición proponga, tal y como la propia refundición hacía desde la llanura, conducta que parece haber olvidado muy a su conveniencia.
Porque jura él que ellos son “los más ávidos” de que lleguen cuanto antes las elecciones “para volverles a demostrar cuál es el partido más grande y organizado a nivel nacional”, aunque los sondeos internos que se mueven en la clandestinidad apunten a que Rixi, la precandidata patrocinada por el oficialismo refundidor, siga sin alzar vuelo. Veremos, dijo el ciego.