GUERRA ENTRE LIBRES COPECO LA SEDE
En una escena digna de una película de acción, desde las 4 de la mañana, el Comisionado Miguel Pérez Suazo ha liderado una operación épica para proteger las instalaciones del Comité Permanente de Contingencia (COPECO) ante la amenaza de una protesta de sus propios empleados.
Y es que el relajo que se tienen los de Libre en COPECO, demuestra que poco a poco van aflorando las diferencias entre los mismos de la refundación y se va calentando la cosa entre los diferentes bandos.
Según informes, los valientes empleados han amenazado con llevar a cabo una revuelta, armados con nada más que cadenas y vinagre, sí, vinagre, la salsa de la resistencia.
Ante el temor de que el zafarrancho que inició la semana pasada se agrave las autoridades reunieron un equipo de más de 100 efectivos de la Policía Nacional, listos para hacer frente a la posible invasión de los “rebeldes” y su temible arsenal de vinagre y cadenas. Y si eso no fuera suficiente, también han traído una unidad de control de incendios, porque, ya sabes, nunca se sabe cuándo podrían lanzar un ataque con llamas.
No permitiremos que nadie ponga en peligro la seguridad de COPECO. Estamos monitoreando cada entrada y salida como halcones, asegurándonos de que nadie traiga ni siquiera una horquilla afilada, declaró un representante de la Policía.
Todo eso mientras el titular de COPECO y el diputado oficialista Eliú Girón, son protagonistas. Girón se atrevió a decir que es Darío García, el responsable, mientras otras fuentes responsabilizan a Eliú de ser él quien ha provocado el relajo.
Todo el molote es porque aparentemente los oficialistas quieren sacar a Jorge Calix de la jugada.
La situación ha llevado al extremo la paranoia en las puertas de COPECO, con cada vehículo y motocicleta siendo escudriñados en busca de cualquier signo de insurrección. Se rumorea que incluso están buscando activamente a personas con antecedentes de haber usado vinagre en sus ensaladas, realmente estos de Libre como dicen por ahí traen el relajo en su ADN, y son capaces de serrucharse el piso entre ellos mismos, sin piedad.