GUERRA DE ZANCUDOS

 

El dengue y malaria atacan sin piedad, como los políticos en campaña.

Los zancudos han declarado una guerra sin cuartel en Honduras, llevando el dengue y la malaria a la orden del día. En una batalla digna de la política nacional, estos diminutos soldados alados atacan a la población con una ferocidad que solo los más astutos políticos podrían envidiar.

La diputada liberal por el departamento de Gracias a Dios, Erika Urtecho, ha informado que hasta la fecha se han registrado 821 casos de malaria en la región. Urtecho ha emitido un llamado a las autoridades de Salud, las corporaciones municipales y la ciudadanía para tomar medidas urgentes y coordinadas en la lucha contra estos insidiosos invasores.

“A las autoridades de salud, les invito a llevar a cabo una fumigación masiva tanto de interiores como de exteriores, la entrega de mosquiteros a la población, garantizar la disponibilidad de reactivos para el diagnóstico oportuno y dotar del tratamiento necesario a los centros de salud, especialmente en las zonas con alta carga de la enfermedad”, declaró Urtecho.

Mientras tanto, el doctor Carlos Umaña, destacado especialista en la guerra biológica contra los mosquitos, ha alertado sobre un preocupante aumento de casos de dengue, afectando especialmente a niños y adolescentes, los soldados más jóvenes en esta batalla. Según Umaña, la mayoría de los menores no poseen anticuerpos naturales contra el dengue debido a su corta edad, convirtiéndolos en carne de cañón para estos zancudos insurrectos.

Umaña también advirtió que, debido al aumento de los casos, la situación podría agravarse en los próximos meses. “La intervención debe ser total; ya no se trata solo de prevención, sino de controlar la epidemia.
El especialista resaltó que el cambio climático está contribuyendo a la multiplicación del vector del dengue, agravando la situación. “Si no controlamos los criaderos y no realizamos intervenciones en todas las ciudades, enfrentaremos un mal mes de junio, un peor mes de julio y un agosto aún más grave”, agregó Umaña, prediciendo una campaña tan intensa como una temporada electoral.

Así que ahí lo tienen, estimados ciudadanos. En esta guerra de zancudos, donde dengue y malaria juegan a ser los políticos más crueles, solo nos queda unir fuerzas, desplegar nuestras armas de fumigación y mantener la esperanza de que algún día, venceremos a estos diminutos tiranos.

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