GOLPE A LA SALA DE LO CONSTITUCIONAL

La mano peluda de la refundación consumó por fin su trastada en la Corte, asestando un zarpazo definitivo con la complicidad del colorado Wagner Ochoa, que deja al cachureco Luis Fernando Padilla silbando en la loma.

Se instalará Ochoa en la comandancia de la Sala de lo Constitucional en sustitución de la refundidora Marlina Dubón, una movida que se pasa por el forro testicular el reglamento interno de la propia Corte, que mandaba que el relevo correspondía a Padilla.

El descarado golpe expone, además, la verdadera esencia de la jefa Rebequita, que con cara de solemnidad andaba jurando que nada turbio se tramaba en las tripas del Poder Judicial, donde sin embargo acabó violando sin vacelina el orden de precedencia de las salas.

Con semejante mandracada, el partido de la estrella solitaria acabó finalmente estrellado, pues su emisario ni siquiera tendrá opción de olerla, impotente ante los largos y poderosos tentáculos de los refundidores y sus lacayos liberales.

Se trata de un pequeño paso para Ochoa, pero sin duda es un gran salto para Mel, que ve allanado su camino para convertir Presidencial en una extensión de su potrero olanchano, donde aspira poder seguir pelando a su antojo todas las mazorcas que quiera sin que nadie le haga sombra.

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