GOBIERNO QUIERE “BAJARSE” LA EXTRADICIÓN

Los del gobierno de la refundición ya le vieron las orejas peludas al lobo y empezaron a jugar con balón adelantado, soltando en el aire la posibilidad de volarle el tallo a su temida extradición y evitar así posibles viajes no planificados rumbo al norte en DEA Airlines.

O eso es lo que andan diciendo las crías de la oposición, que pidieron ponerse ojo al Cristo ante la canillera que le ha agarrado estos días al clan Zelaya, cuyos caudillos han sido señalados en la Corte de Nueva York, convertida ya en confesionario.

Una Corte donde la vieja guardia del narcomundillo catracho anda con la lengua más suelta que una yegua sin dueño, buscando sin miedo al éxito y a como dé lugar reducir sus condenas a puras sapeadas que ya se llevaron de encuentro a Mel, a su hijo Héctor y a su hermano Carlón.

Tres pesos pesados del gobierno refundacional que, según la cantaleta de los narcotestigos del “caso Juanchi”, atesoran en su historial toda una serie de movidas pandurecas mientras se pavonean con aires de pulcritud en los pasillos de Casa Presidencial y el Congreso.

Y aunque todos ellos hayan desmentido rápidamente las alusiones en su contra, bastante raro resulta que, al igual que ocurre con sus borregos activistas, muestren total disposición a creer todo narcotestimonio que hunda a Juanchi pero, al mismo tiempo, se laven las manos cuando las menciones lleven su nombre y apellidos.

De momento, el rumor es solo eso, pero más vale hacer caso a los denunciantes y parar las antenas, pues no es un secreto que Carlón es quien de verdad manda en el Congreso, donde justamente podría decidirse el futuro de la extradición que tanto sueño les quita a algunos.

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