GOBIERNO DEBE SACAR MANOS SUCIAS DE ENEE

 

La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) de Honduras se encuentra atrapada en una crisis tan profunda que ni siquiera los parches milagrosos de un sastre divino podrían remendar.

El experto en energía, Carlos Urbizo, ha decidido poner las cartas sobre la mesa con la sutileza de un martillo.

«Voy a ser bien claro y categórico», declaró Urbizo, dejando claro que no va a andar con rodeos. «Mientras la ENEE esté en las manos sucias de los gobiernos, jamás se va a resolver el problema de energía en Honduras.

Jamás vamos a tener la calidad, cantidad y eficiencia, ni los precios que podríamos tener». La solución no pasa por pequeños curitas sino por una cirugía mayor: la privatización, sería lo mejor según el especialista.

El experto, con la paciencia de un maestro ante un grupo de alumnos particularmente obtusos, explicó que la ENEE no es una secretaría de estado sino un negocio, y, por tanto, no debería estar en manos del gobierno.

Urbizo insistió que los intentos de arreglar la situación con «parches» son tan efectivos como intentar tapar el sol con un dedo. Según él, la única manera de solucionar el problema es la privatización profesional, liberando a la ENEE de las garras gubernamentales.

Para ilustrar su punto, Urbizo recordó el caso de Hondutel, la empresa estatal de telecomunicaciones que pasó de ser un dinosaurio burocrático a un recuerdo nostálgico, gracias a la liberalización del mercado. «Antes, una llamada de un minuto a los Estados Unidos costaba 83 centavos de dólar, y hoy, con la liberalización del mercado, es hasta gratis a través de todas las aplicaciones en internet».
En otras palabras, la ENEE debe liberarse de su yugo estatal y prosperar.
El argumento de Urbizo es claro: el control gubernamental de la ENEE está causando un daño incalculable a la población hondureña, y el gobierno debería concentrarse en cuestiones sociales en lugar de jugar a ser empresario eléctrico.
Finalmente, Urbizo remató su intervención señalando que los únicos opositores a la privatización son aquellos con intereses creados dentro de la ENEE. En resumen, para Urbizo, el futuro energético de Honduras no necesita parches, sino una purga total del control gubernamental.

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