ENTRE “PANDOS” SE ENTIENDEN
Anda “pianito” Miguel Navarro, el exdiputado refundidor, agradeciendo como perro arrepentido a los amiguitos que hicieron posible sacarlo del mamo, donde estuvo metido por dizque haberse “quebrado” al subcoordinador del PNRP, institución que él mismo comandaba.
Un agradecimiento que pasaría desapercibido si no fuera porque a los que agradeció son nada más y nada menos que Mel, Carlón y Sarmiento: la santísima trinidad refundacional, quienes según él fueron los que movieron los hilos para que ande gozando las mieles de la libertad.
“Han sido de bastante apoyo, bastante ayuda; han estado siempre ahí, al pie de la bandera”, les mandó decir en un audio en el que lo único inocente es su tono de voz, como de mosquita muerta.
No reveló Navarro, sin embargo, qué fue exactamente lo que según él hicieron sus tres correligionarios para liberarlo; aunque tampoco es que hace falta ser muy listo para imaginárselo, pues de conocimiento popular es que las aguas de la refundición corren siempre turbias.
El asunto es que goza ahora el hombre de sobreseimiento provisional, gracias al favorcito recibido en la Corte de Apelaciones Penal de Francisco Morazán; pero más vale que no ande celebrando mucho, porque la Fiscalía ya avisó que presentará ante la Corte un recurso para revertir el fallo.
Y es que parecen estar muy seguros los fiscales de que fue Navarro el que mandó a las tres crías que le dieron de baja al finado subcoordinador, pero más seguros parecen estar los de la santísima trinidad refundacional, que con la guayaba en la mano siguen dando claras muestras de su potencial.
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