ENTRE “CÁLCULOS” Y “POLITIQUERÍA”

En el ajetreo de un Congreso Nacional polarizado hasta las raíces, el jefe de la bancada del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rafael Sarmiento, abrió la caja de Pandora de la sinceridad.

“Todas las propuestas ya llevan su dosis de cálculo político, con la politiquería de medio”, reconoció, como si fuera la primera vez que un político confiesa el truco de hacer malabares entre promesas y votos.

Sarmiento explicó que, aunque el ambiente está enredado como cables viejos, su bancada buscará aprobar la tan debatida reforma tributaria. “Es complejo llegar a consensos”, explicó, como si alguna vez la política hondureña hubiera sido un ejemplo de acuerdo y armonía.

Pero él tiene esperanza, pues confía en que los diputados “con pensamiento progresista” de todas las bancadas se sumarán a la causa, uniéndose, claro está, en nombre del bien común y no porque ya se acercan las elecciones internas.

Al final, Sarmiento concluyó con un aire heroico que el Congreso “no está para responder a grupos de poder”, sino para servir a la “mayoría, el pueblo”. ¿Qué mejor forma de legislar por el pueblo que debatiendo eternamente las reformas, posponiendo decisiones y asegurándose de que todo esté bien calculado, en el sentido más… práctico de la palabra? En fin que se puede esperar del Congreso que ha sido calificado como el peor de la historia.

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